I survived to Behòvia 2009

dijous, 30 de gener del 2014

MCD, ¿por qué?

La armada casi invencible


Con el poso de lo vivido ya precipitado, mayormente, me invito a reflexionar, lo cual no deja de formar parte del encanto de la experiencia, como cuando revives una y otra vez un viaje, aquel viaje.

Mi prueba.

Por comparar, estoy más orgulloso de mi este año que el anterior (que ya es decir). Si en el 2013 no sufrí en exceso, este año fue todo lo contrario. Desde el kilómetro 16 una sobrecarga en las plantas de los pies hizo que fuera gestionando el dolor a lo largo del resto de la carrera. Haberlo resistido forma parte de mi debe. Como también el haber planteado mi primera maratón al ataque, sin concesiones, sin miedos. El ritmo previsto ya me asustaba (3’42”), más cuando en el primer tercio de carrera marcamos algunos treintas…había que arriesgarse y lo hicimos. Y valió la pena.

Me gusta ser maratoniano porque uno no deja de aprender sobre si mismo. Este periodo de preparación (septiembre-enero) he sido capaz de añadir más kilómetros, fijar una visita al gimnasio semanal (¡un saludo a los ciclaos!), liebres de lujo, en amistad y ritmo, motivar a unos amigos – ¡gracias! ya no lo dejaremos- para que tiraran adelante con la Pre habilitación (o gimnasia preventiva) y crear un entorno afectivo de atletas con el objetivo colectivo de llevar cuerpo (y mente) a límites nunca antes hollados, crecer y sufrir, competir con uno mismo.
Experiencias todas ellas que deben ser trasladadas a otros ámbitos de mi vida. De vuestras vidas.

No puedo estar más satisfecho. Y ya pienso donde puedo mejorar para el 2015. ¿8 semanas con un promedio de 120? ¿2 gimnasios por semana? ¿PreHab y Pilates? ¿Programación Neurolingüística aplicada al entrenamiento?

Cualquiera me cree ahora si le digo que actualmente…casi, casi, prefiero entrenar a competir. Sé que el día que deje los dorsales seguiré entrenando, con las mismas ganas e ilusión. La misma que ahora tengo pensando en la MCD 2015. 


¡óstias que bajo...!


La prueba.

Tarragona es un lujo y en enero más. Amistades de Boston, de Noruega, de Barcelona coinciden en su belleza. Tiene historia, tiene mar, tiene dimensión, tiene servicios. Un fin de semana maratoniano puede ser una excusa perfecta para conocerla. Además te encontrarás con un circuito muy divertido en un 90% (100% preveo) y una organización que ya no roza sino que alcanza la excelencia tras cuatro ediciones, dos de ellas en la ciudad. Geles en los avituallamientos, powerades, gominolas, frutos secos, naranjas…en modo barra libre. Voluntarios de Tarragona 2017 allí donde los necesites e incluso patinadoras (y patinadores) que te llevan el avituallamiento a tu mano cual Martini Bianco. Entrenas en los meses otoñales y te presentas a disputar la prueba bajo un sol de invierno. Te recuperas y enlazas con las pruebas de finales de primavera. O vuelves a la piscina. Te llevas además una camiseta (no una más) exclusiva cuyo precio de mercado ya supera la inscripción. Tienes liebres, ves el mar. Rambleas. ¿Qué más quieres?


Nuestro Fiz, García, Juzdado
Aprendí de José Luís Sampedro a decirle a mis alumnos que deben cuestionarlo todo, incluso a mí. Sobre todo a mí. Así que en estos tiempos ilusionantes que corren (bonita metáfora) antes que hacer caso a estas élites extractivas, incompetentes y trileras, veniros a Catalunya a conocernos. Y os formáis vuestra libre opinión. Un motivo más para comenzar a pensar en la MCD 2015. Por mi parte, si me escribís, os daré unas cuantas direcciones interesantes.

¡Saludos!


The fucking master!