I survived to Behòvia 2009

dijous, 8 de març del 2018

Indoor experience.

El oro mundial en vallas se trabaja saltando


A pocos días de mis 51 sigo equivocándome y emocionándome a partes iguales y eso me indica que estoy en el buen camino. El de la curiosidad y el de la autocrítica.

Comienza la lucha


Este pasado fin de semana corrí en Salamanca el Campeonato de España máster. Si algún runner me lee mi consejo es que lo pruebe. Pocas cosas hay más divertidas que una carrera indoor, pocas cosas inspiran más que ver competir a atletas (más) veteranos que te marcan el camino. Añadidle el beneficio adicional, poca broma, de relativizar la transición a una edad (más) madura y lenta a través del ejemplo.

Crono, no marques las horas...

Corrí el 3000 –luego me arrepentí de no haberme inscrito al 1500- y errores directos me relegaron al cuarto puesto, el más triste según se mire. Corría en la serie teóricamente rápida y sabía que la anterior se había ganado con 9’41”0, luego no hay excusas. Tras un error de dorsales debido a la presbicia, me asignaron el 1º lugar de la calle uno. Para evitar caídas, choques y encerronas involuntarias decidí salir rápido, ponerme primero y marcar un ritmo exigente pero no suicida y esperar a que los nombres –mi primer error- con mejor marca me pasaran. Y digo error porqué como atletas valemos lo que hemos entrenado los últimos 3 meses. Los nombres y las marcas anteriores no sirven de nada pero no reflexioné sobre ello y salí intimidado. El segundo fallo del día fue no mirar el cronómetro del increíble Palacio de la Aldehuela salmantino. 

Táctica acertada si solo hubiera sido una serie pero no con dos…así que lideré hasta el mil aproximadamente, pasándolo en 3’20”…demasiado lento, demasiado tarde. A partir de aquí todo pasó muy rápido. El favorito atacó y aunque parecía que se nos iba rápidamente se mostro vulnerable y cercano. Otro atleta local me pasó y le seguí porqué ahí vi la medalla. Y aún corriendo en 6’25” los 2 últimos kms, en la recta final, alcé la vista y vi que el reloj marcaba los minutos y los segundos que me iban a enloquecer, 9’38”, 39”…el ganador de la serie lenta se llevó el oro y el pódium de la serie rápida, conmigo tercero, se desplazó un lugar. Lección de humildad.
Clásica pose final



Fotografíe como un loco, saludé y conocí a mitos del Eagle’s team, vibré con muchas carreras y disfruté animando a mis compañeros de viaje además de a algún mítico marxista que se llevó el oro. Ya dejé escrito por aquí hace tiempo una reflexión de Ariel Sharon en la que explicaba que pocas cosas hay más gratificantes que compartir experiencias sobre nuestra pasión con amigos y eso es lo que fue este fin de semana mágico. 3 días de inmersión atlética, personal y humana en los que los resultados -1 oro, 1 plata y 2 bronces de mis compis- fueron la anécdota y la vivencia la categoría. Vitoria para allá que vamos.

El león de Tárrega


Dos semanas antes, en Sabadell gané el oro en el catalán indoor. Hubo menos emoción porqué corrimos con los bollicaos del M45 que impusieron su juventud y ritmo sabiendo en todo momento cuál era mi posición, permitiéndome incluso el lujo de relajarme un poco al final.

Furia y medallas


Me gustaría preparar el maratón, la media y la pista cubierta, todo a la vez y todo específicamente y es imposible. Pero haber hecho algún cross y algo de pista cubierta rejuvenece, te reconecta y me proyecta a los años venideros con pasión. No doy abasto con tanta ilusión, aunque pueda parecer repelente. Incluso me voy a comprar unos clavos, he decidido volver a torturar a mis gemelos.

Junto a un mito

Sergei is back!


¡Saludos!

What a weekend!